Un día eres un niño adorable y al otro un adulto insoportable 😂

Cuando nuestros hijos son pequeños nuestros mejores deseos son que no cambien, que mantengan su esencia, su frescura, que sigan siendo tan dulces y tan cariñoso, que no abandones la bondad que les caracteriza…  Y llega el día en el que nuestros hijos se hacen adultos.

¿Qué ha pasado durante el camino?  ¿Por qué abandonamos nuestra esencia?

Porque no hemos recibido educación emocional desde la infancia, por eso nos esforzamos en solucionar nuestras carencias de mayores y por eso debemos concienciarnos y entender la necesidad de que nuestros hijos la reciban.

 SIN DESARROLLO EMOCIONAL
CON DESARROLLO EMOCIONAL

Comportamientos inadecuados: agresividad, falta de respeto, irascibilidad, inmadurez, frialdad, cobardía…

Habilidades sociales: empatía, tolerancia, respeto,   valentía…
Personalidad negativa, impaciente, obsesiva, mentalidad cerrada e inflexible, insegura, inestable, pensamientos y creencias limitantes…

Personalidad optimista, sensata, flexible, pensamiento creativo, capacidad de adaptación y transformación…

Incapacidad para asumir retos, enfrentarse al cambio, tomar decisiones…

Liderazgo, pasión, seguridad en si mismo, capacidad de adaptación, capacidad de aprender de los fracasos, tolerancia a la frustración…

Predisposición a las adicciones y a conductas que pongan en riesgo la seguridad personal propia o de otros.

Identificar el peligro.  Aprender a decir que no.  Autocontrol.

Falta de recursos para solucionar problemas y gestionar conflictos.

Identificar oportunidades de mejora y crecimiento personal y profesional, capacidad de innovación.

Relaciones sociales complicadas, tóxicas.  Pérdida de la identidad.  Dependencia de personas.

Relaciones sociales basadas en el respeto, la confianza, la autenticidad, la lealtad…

Ausencia de valores.

Compromiso, responsabilidad, honestidad, justicia, integridad…

“No permitas que el ruido de las opiniones ajenas silencie tu voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje de hacer lo que te dicten tu corazón y tu intuición. De algún modo, ya sabes aquello en lo que realmente quieres convertirte”.- Daniel Goleman