La adolescencia de nuestros hijos es una etapa que puede ser positiva o negativa según nos enfrentemos a ella.  A pesar de que todas las personas, sin excepción, atraviesan la adolescencia no podemos ni imaginarnos cómo será la adolescencia de nuestros hijos mientras son pequeños.  La adolescencia es la etapa en la que los niños se apartan de sus padres para poder evolucionar hacia la siguiente etapa, la adulta.

Lo que sí sabemos es que a partir de los 12 años el cerebro de los niños comienza a experimentar una transformación que finalizará unos años después dando paso al cerebro adulto.  Esta transformación interna, que no podemos ver, a menudo nos muestra respuestas externas ante situaciones que nos dejan perplejos.

Y, aunque no podemos ver esa transformación interior, sí podemos ver la transformación exterior que sufren nuestros hijos.  Es una verdadera transformación, una metamorfosis, y como tal debemos enfrentarnos a ella teniendo en cuenta que nuestro rol como padres es seguir siendo su referente y las personas a quién acudir siempre que lo necesiten.

Hay muchos aspectos de esta etapa que debemos de tener presentes, pero en este artículo quiero destacar cinco aspectos de tu hijo adolescente:

  1. Se siente atrapado entre la infancia y la etapa adulta. Su niño interior sigue estando presente, pero a veces necesita sentirse adulto.  Si esto nos confunde a nosotros como padres, a ellos más todavía.
  1. Necesita alejarse de sus padres, pero en su justa medida. Tiene que saber que están ahí para ellos, pero que no le molesten.  Los padres pasan de ser las personas más importantes de su vida durante la infancia, a molestarle con casi todo lo que hacen y dicen.  No sólo le parece que son muy mayores, sino que además cree que no tienen ni idea de nada de lo que les gusta, importa, rodea, preocupa, etc.
  1. No puede controlar su mal humor. No es que no quiera, es que no sabe.  Y si el ejemplo que ve en casa es el de arranques de mal humor no tendrá una referencia para aprender a imitar el autocontrol y se dejará llevar por su mal humor afectando negativamente al ambiente familiar y puede que también a su entorno social.
  1. Los cambios físicos le importan mucho, hasta tal punto que si considera que algo de su físico no es bonito le puede afectar mucho a su autoestima. El acné, por ejemplo, aunque es pasajero afecta mucho a cómo se ve y cómo cree que lo ven los demás.

La autoexigencia excesiva, la autocrítica destructiva o la autoestima baja pueden dar lugar a conductas o comportamientos peligrosos, así como a inadecuadas relaciones sociales.