El desarrollo personal engloba todo el trabajo que hacemos para crecer como personas y sentirnos mucho más satisfechos con nuestra vida y con nosotros mismos.

Para trabajar una necesidad interior debemos realizar un esfuerzo consciente que nos obliga a salir de nuestra zona de confort.  De esta forma sabemos que nos estamos esforzando de verdad.  Tras conseguir el objetivo deseado debe llegar un periodo de reflexión que nos permita analizar lo que hemos hecho bien, lo que no hemos hecho y lo que podíamos haber hecho mejor.

En este artículo queremos hablar de dos premisas que nos permiten conseguir con facilidad ese crecimiento personal deseado desde la infancia o la adolescencia y que podemos practicar permanentemente, a través de la PNL, para estar en continua evolución positiva:  gratitud y autocompasión

Si tus hijos van interiorizando estos paradigmas conseguirán integrarlos como propios, originarán nuevos pensamientos de la misma naturaleza y su forma de expresarse mostrará amabilidad y benevolencia consigo mismo y con los demás.


Gratitud

Enseñamos a nuestros hijos a ser gratos y a practicar la gratitud de distintas maneras con la gente.  Pero olvidamos enseñarles a serlo con ellos mismos.  Los verdaderos sentimientos deben dirigirse primero hacia nosotros mismos para entenderlos correctamente, integrarlos y poder practicarlos con los demás.  Si no les enseñamos a practicar la gratitud con ellos estaremos excluyendo una parte imprescindible del desarrollo y bienestar personal.

Para que aprendan autogratitud deben integrar en su mente primero los mensajes positivos hacia ellos que reciben del exterior y que adoptarán como propios, de esta manera al expresarse transmitirán que han desarrollado ese sentimiento hacia ellos.  Puedes ayudarlos utilizando frases como:

  • “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.”
  • “No permitas que te hablen o te traten de forma que te haga sentir mal.”
  • “Di NO y pon freno a las personas que te hacen sentir incómodo o mal.”
  • “Espero que te sientas orgulloso de todos tus logros, los has conseguido con tu esfuerzo y perseverancia, ¡enhorabuena!”
  • “Recuerda sentirte agradecido contigo por todo conseguir los resultados que te satisfacen.”

“La vida me ha enseñado que la gente es amable si yo soy amable, que las personas están tristes si estoy triste, que todos me quieren si yo los quiero, que todos son malos si yo los odio, que hay caras sonrientes si les sonrío, que hay caras amargadas si estoy amargado, que el mundo está feliz si yo estoy feliz, que la gente está enojada si yo estoy enojada, que las personas son agradecidas si yo estoy agradecido”.-  Ghandi.


Autocompasión

Para que tus hijos traten con bondad siempre a las personas, la bondad debe hallarse en su interior y practicarla antes con ellos mismos.

La compasión, si bien puede confundirse con un valor negativo o de debilidad, es uno de los valores más poderosos del ser humano ya que en él intervienen la empatía, la comprensión, la justicia, la tolerancia, la ternura, la amabilidad, la sensatez, el apoyo moral, la sensibilidad, la paz interior, etc.  Es fundamental para lograr bienestar y serenidad y potencia nuestras relaciones sociales.

Tratamos con compasión a aquellos que consideramos necesitan ayuda, consuelo, escucha, asistencia, comprensión, consejo… para tratar de aliviar su sufrimiento.  ¿Acaso no lo necesitamos nosotros también?  Con la autocompasión aprendemos a juzgarnos de manera benévola, en vez de hacerlo de forma destructiva, a darnos las gracias por tener la oportunidad de vivir lo que hemos vivido y hacerlo en congruencia con nuestros valores, pensamientos y sentimientos.

Por lo tanto, practicar la autocompasión primero con uno mismo sentará las bases de un trato compasivo siempre hacia nosotros mismos y con los demás, y a su vez, pondremos límite a situaciones que nos llevan a sufrir incluso antes de que ocurran porque sabremos detectarlas a tiempo y las rechazaremos.  Además, nos ayuda a aceptarnos, no juzgarnos, conectar con nuestros sentimientos y necesidades y a querernos.

Para ayudar a tus hijos a que sientan autocompasión puedes utilizar frases como:

  • “No seas tan duro contigo mismo, si esto le ocurriese a un amigo le darías consuelo. Hazlo contigo también.”
  • “Quiérete siempre por encima de todo pase lo que pase.”
  • “Te has equivocado, pero al menos lo has intentado. Siéntete agradecido por esta oportunidad de aprendizaje.”
  • “Debes cuidarte y respetarte siempre para sentirte bien contigo mismo.”

“Generalmente la gente muy dura con ella misma es muy dura con los demás.  Sentir o ver el sufrimiento ajeno y ponernos en el lugar del que lo padece y ayudar a remediarlo, nos hace desarrollar la virtud de la compasión.  Si quieres que otros sean felices, practica la compasión.  Si quieres ser feliz tu, practica la autocompasión.”- Dalai Lama.


Practicar con uno mismo la gratitud y la autocompasión te permitirá dedicarte tiempo para buscar soluciones y recuperarte cuando te sientas triste, frustrado, sientas estrés, miedo…  Busca dentro de ti cómo hacerlo, y si necesitas consuelo o ayuda no dudes en pedirlo.  Sentirte bien contigo mismo y sentir paz interior es imprescindible para tu bienestar.