¿Qué puedo hacer? Llega un momento en el que los amigos son una prioridad en la vida de nuestros hijos y, a no ser que les dé por ir con un grupo de gente conflictiva (en cuyo caso habría que tomar otras medidas), no debemos de intentar influir para que cambien de amigos. De lo contrario reforzaremos el vínculo con sus amigos y haremos que se alejen del núcleo familiar.

Nuestros consejos para ayudarte con esta situación es que te muestres interesad@ sobre la amistad y sobre sus amigos:

  • Háblales del concepto de amistad, qué significa para ti y de la importancia que va a seguir tomando en los próximos años.
  • Cuéntales cómo ha evolucionado para ti la amistad desde que tenías su edad. Qué amigos han entrado y salido de tu vida, por qué.  Qué amigos has mantenido desde entonces… Qué momentos os han unido…
  • Pregúntales: ¿qué es la amistad para ellos? ¿qué esperan de sus amigos? Habla de otros amigos que han tenido y que ya no forman parte de su círculo, también de amigos recientes que se han incorporado a su vida.
  • Indícales también que la amistad puede ser cíclica y que algunos amigos pueden ir y volver a lo largo de su vida.
  • Explícales que la amistad debe de ser sana y no pueden aferrarse u obsesionarse con algún amig@ porque llegarán a ser absorbentes, convirtiéndose en personas tóxicas y además se alejarán de otras personas que pueden ser buenos amigos. De la misma manera deben distinguir si alguien se comporta con ellos de manera obsesiva o absorbente y cómo deben poner límites.
  • Háblales también, sin centrarte en ningún amigo en particular, de conductas nocivas y de que a veces los amigos pueden incitar a que las lleves a cabo. Ya sea comportamientos, abuso de sustancias, etc.  Explícales que esas conductas no están permitidas en vuestra familia, o tienen ciertos límites que no deben sobrepasar y por qué.
  • Coméntales que esto puede hacer que haya amigos que ejercen una influencia negativa sobre ellos y que deben detectarlos para no dejarse llevar ni ponerse en peligro.
  • Anímalos a que inviten a sus amigos a vuestra casa y comparte un rato con ellos. Si observas una conducta o comentario que no te gusta, sin ofender a nadie ni ridiculizar, explícales que en esa casa hay comportamientos que nos son bienvenidos y que hay reglas que cumplir.  Invítalos a que te expliquen cómo lo ven y anímalos a que corrijan esa conducta o comentario que no te ha gustado.

Lo cierto es que puedes adelantarte a estas situaciones hablándolo con tus hijos, si sabes que dentro de un tiempo van a ir a otro centro de estudios y les va a suponer conocer gente nueva. Si lo hablas abiertamente de vez en cuando con ellos, más fácil te resultará volver a tener esta conversación cuando llegue el momento preocupante. Si actúas de este modo, habrás recorrido con anticipación gran parte del camino y te facilitará la comunicación a pesar de que en la adolescencia se vuelvan hermétic@s.