Artículo original publicado el 23/06/2021 en ABC Familia.

«En Estados Unidos es habitual poner un ‘coach’ familiar en tu vida», asegura Patricia de Diego, que ha ejercido parte de su carrera profesional al otro lado del charco.

De Diego además acaba de publicar una colección de cuatro libros llamada ‘Mi viaje hacia la adolescencia’, en los que aporta herramientas para que los padres puedan acompañar a sus hijos en ese largo camino que conlleva conocerse a sí mismo, entenderse y saber expresar lo que a algunas edades se vuelve inexplicable.

¿Qué es un ‘coach’ familiar? ¿En qué puede ayudar este profesional a una familia?

Un ‘coach’ familiar está especializado en hacer preguntas y en guiar y obligar así a la persona a realizar un ejercicio de instrospección a través del cual es capaz de llegar a su propia solución.

Ocurre que a menudo vamos demasiado rápido y no nos paramos a profundizar en nuestros pensamientos. Pero hay que hacerlo para entender por qué están sucediendo las cosas.

Ustedes aseguran que el servicio de ‘coach’ familiar se puede utilizar aunque no exista ningún problema, porque todo es mejorable, la familia también.

Efectivamente, puede ser que no tengamos ningún problema de momento, pero seguramente podemos hacerlo mejor. El ‘coach’ te puede ayudar a salir de un bucle que no ha llegado a ser todavía un gran problema, antes de que lo sea, o se enquiste.

Hoy en día tenemos muchísima información al alcance. Pensamos que por inercia todos salimos más o menos bien, que nuestros hijos van a llegar a buen puerto… Pero teniendo tantísima información, ¿cómo no aprovecharla? ¿Cómo no leer? ¿Ver vídeos? ¿Asistir a un curso de formación? La educación emocional es fundamental para el ser humano.

Dice usted que en Estados Unidos el servicio de ‘coach’ familiar está a la orden del día, ¿existen otros tipos de problemas familiares o, al final, todos compartimos una base?

Los problemas familiares norteamericanos son diferentes. Ellos tienen la necesidad de entender que una familia unida es un tesoro.

Allí hay mucho desarraigo, en cuanto tiene 18 años se van de casa a estudiar a otro Estado y ya no hay familia, mientras que nosotros tenemos esta institución en los genes y la mantenemos unida durante generaciones. Nuestra preocupación se dirige hacia los temas de infancia o bienestar familiar y el principio de la adolescencia.

Precisamente, usted está especializada en adolescencia. ¿Cuáles son los problemas más habituales que se encuentra en esta etapa de la vida?

Como decía antes, pensamos que la familia puede con todo… y de pronto llega la adolescencia. Unos años complicados en esta etapa pueden suponer 1.500 días malos seguidos. Una situación así afecta muchísimo al bienestar familiar. Lo principal en este momento de la vida es trabajar los problemas de integración social y de inseguridad que presentan los chavales, a través del refuerzo de la autoestima y el autoconocimiento de ellos mismos.

También se trabaja mucho la parte académica y motivacional. Lo que ocurre realmente es que el adolescente no es capaz de mirar más allá del día de mañana. Desde el trabajo de ‘coach’ de familia se les pone en perspectiva para que encuentren su motivación, a qué se quieren dedicar, y cuál es el camino para llegar allí. Respecto a la timidez, se trata de una falta de herramientas que les lleva a no saber cómo encajar con chicos de su edad. Pero todo eso se puede trabajar.