Saber qué cualidades tenemos influye positivamente en la autoestima.
En las Masterclasses que hacemos a niños y adolescentes sobre “Tu gran autoestima”, suelen decirnos que no saben qué tienen cualidades tienen. Alguno nos enumera dos o tres como mucho y hemos llegado a escuchar de algún adolescente que no tiene ninguna cualidad.
Conocernos bien desde pequeños, saber qué nos caracteriza y tener siempre presente que las cualidades evolucionarán y nos acompañarán a lo largo de nuestra vida es imprescindible en el desarrollo, crecimiento y bienestar emocional de cada persona.
Nos resulta fácil hablar sobre cualidades relacionadas con destrezas en actividades físicas porque son fácilmente observables. De esta manera podemos decir a nuestros hijos que son ágiles, veloces, dibujan bien, juegan muy bien al fútbol, al baloncesto, al tenis, que cocinan, cosen, bailan o cantan fenomenal…
¿Pero qué hay de las cualidades sobre las destrezas emocionales?
Cuando hablamos de nuestros hijos con otras personas nos centramos en numerosas ocasiones en las cualidades sobre destrezas físicas o quizás en alguna carencia detectada en relación a las cualidades sobre destrezas emocionales: es inseguro, retraído, pesimista, se enfada fácilmente, no encaja ninguna crítica, aunque sea constructiva, es muy independiente y no le gusta trabajar en equipo, le cuesta hacer amigos, está echando un carácter muy fuerte…
También lo hacemos así cuando hablamos con ellos con la intención de ayudarlos a identificar lo que percibimos y que puedan poner solución siguiendo nuestros consejos, que en numerosas ocasiones se toman como críticas.
Recientemente mi hija de 10 años me contó un conflicto que había surgido entre las niñas de su clase. Le recomendé que al día siguiente hablase con las niñas y propusiera una solución justa para todas expresándose con tranquilidad. Cuando volvió del cole me contó muy contenta que había podido exponer tranquilamente que lo que se había decidido hasta ahora desfavorecía a dos niñas y que tenían que buscar una solución que fuese justa para todas. Propuso una e invitó a las niñas a que hicieran otras propuestas para decidir entre todas cuál querían llevar a cabo. A pesar de que dos de ellas se enfadaron, acordaron elegir lo que convenía a todas para no desfavorecer a ninguna y terminaron todas contentas con la decisión.
Cuando me lo contó le pregunté si sabía todo lo que había hecho bien y qué cualidades lo habían hecho posible. Me dijo que sí sabía lo que había hecho bien pero no las cualidades, así que se lo expliqué todo.
- Has sido capaz de explicar a todas con tranquilidad que lo que se ha decidido hasta ahora no es justo para todas las niñas. Esta cualidad es de buena comunicadora ya que te has expresado con claridad y además tu mensaje transmite que eres una persona compasiva y tu forma de transmitirlo que has sido equilibrada y decidida.
- Has podido resolver el conflicto que ha surgido con el enfado de las otras dos niñas manteniendo la calma y recordándoles que la decisión tiene que beneficiar a todas por igual con el mismo tono agradable. Así que te has mostrado resolutiva, amable y ecuánime.
- Finalmente habéis tomado todas la decisión que has propuesto ya que nadie ha ofrecido otra alternativa y la tuya les ha parecido la adecuada. Así que has sido justa y convincente.
Nuestros hijos necesitan escuchar de nosotros desde que son pequeños qué cualidades tienen y cuáles intervienen en las situaciones de su vida cotidiana. De esta manera crecerán conociéndose bien, sintiéndose seguros y confiando en ellos mismos; y así lo percibirán los demás. Todo esto repercute directamente en el aumento de su autoestima y en su bienestar emocional.
“Entre las cualidades más esenciales del espíritu humano está la confianza en uno mismo y el crear confianza en los demás.” – Gandhi.
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